Las emociones no son ni positivas ni negativas, pero nuestras acciones pueden serlo. Incluso las emociones negativas como la ira y la tristeza pueden usarse de manera productiva y saludable (la ira puede motivarnos a cambiar o ser llamados a la acción cuando sea necesario). Del mismo modo, las emociones que suenan positivas, como la euforia, se pueden usar de manera dañina (como la base de los hábitos adictivos).
Las emociones nos informan, nos advierten y nos guían, pero depende de nosotros decidir cómo procesarlos y usarlos.
Dicho esto, la felicidad de la familia de emociones generalmente se considera la más positiva en el espectro emocional. Para su referencia, aquí hay un cuadro de emociones, desde lo básico hasta lo matizado.