La palabra control significa regular una variable dentro de cierto límite. La variable fluctúa como un péndulo. Va de un extremo a otro, puede ser en muy poco tiempo. Así que uno planea poner esfuerzo para controlarlo.
Tomemos la actividad involucrada en el control de un péndulo oscilante. A medida que la bobina del péndulo pasa la posición media, se mide de alguna manera y luego se aplica una fuerza restauradora en la dirección opuesta.
Por lo tanto, cualquier función de control requiere algún medio para identificar la posición de bob en el momento adecuado y realizar una acción rápida de manera efectiva. Ahora que Bob comienza a moverse de nuevo a la posición inicial, se requiere nuevamente la acción anterior, en el momento adecuado.
Entonces, para tener un control efectivo, se requiere una medición oportuna y la acción.
- ¿Qué consecuencias emocionales puede sufrir un niño si ha sido castigado de maneras extrañas?
- ¿Está justificado que me sienta culpable por no ofrecerle más dinero a mi madre?
- ¿El retiro de Messi es emocional o lógico?
- ¿Debo sentirme mal por ser rechazado de Harvard / Stanford / Columbia?
- ¿Hasta qué punto los actores y actrices sienten las emociones que están representando?
Ahora, si la medición no se realiza a tiempo, y la acción no es en consecuencia, entonces el control no es en absoluto útil.
En nuestra actividad diaria, decimos: “Controla tu ira, controla el hábito alimentario”. Tomemos el caso de cómo controlar la ira. Para tener un control efectivo, uno necesita permanecer alerta sobre sus pensamientos, las emociones que surgen a cada momento. Pero no es posible para un hombre común. Porque la ira surge repentinamente, puede ser cuando alguien culpa, o el jefe usa una palabra aproximada. Todos hemos experimentado en la vida cotidiana. Ocurre tan repentinamente, que rara vez estamos alerta de ello. Por lo tanto, uno se sale de control, incluso si planea tenerlo.
El camino correcto es no ir para controlar la emoción. Más bien pueden ser bienvenidos a medida que llegan. Pueden ser observados mientras agarran la mente y el cuerpo. Se requiere una preparación previa para alcanzar tal estado. Es decir, uno necesita hacer meditación de manera regular. Entonces visualizar los pensamientos en mente se vuelve fácil. De este modo, la emoción se normaliza. Luego, el control no es más necesario. Nos hacemos libres para volar en el cielo con las alas abiertas.