La libertad que viene desde dentro:
En nuestra conciencia a menudo hay muchas voces dispares. Muchos huesos de la discordia. Tu madre y tu padre están ahí por si no estás bien. Tu niño interior salvaje quiere actuar de todas las formas inapropiadas. Siempre hay una conversación sobre lo que debería haberle dicho a alguien o lo que le va a decir a alguien. Todos los que has lastimado, traicionado o decepcionado están ahí con una garra en tu corazón. La verdad es golpeada como una pelota de playa en un estadio. Lo que quieres y lo que tienes que luchar con lo que necesitas y lo que das al mundo. Luchar con todo esto es tu esencia, tu alma, que solo quiere paz y armonía.
Si eres adicto a algo, y la mayoría de nosotros lo somos, tu conciencia ha sido tomada como rehén. Estás obsesionado con algo que te duele y lo sabes y no puedes parar. Obviamente, esto no es algo que pueda seguir sucediendo si quieres ser libre. Hay muchas maneras de obtener ayuda con esto y si está haciendo algo como esto y no puede parar, necesita ayuda.
Debes subir a ese grupo de adictos y voces diversas y ser diplomático, trabajador social, terapeuta y amigo. Todos estos personajes deben continuar existiendo, pero no tienen que estar en desacuerdo entre sí. Agarra esa pelota de playa y mantenla en alto y mantenla inmóvil. La verdad debe ser reconocida por todos y honrada para que haya libertad. Una vez que la verdad es aceptada, la magia sucede.
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La libertad que viene de fuera:
Obtenga ayuda si la necesita. Todo el mundo lo necesita. Ninguno de nosotros llega a ninguna parte sin ayuda. Aprende el arte de pedir y recibir ayuda. Nadie que hizo algo bueno o valioso lo hizo solo. Compensar a los que has lastimado o a los que resientes. Estas cosas deben resolverse observando su parte solo en estos conflictos y no juzgando a nadie más. Limpia tu lado de la calle tanto como sea posible. Eso es todo lo que puedes cuidar de todos modos. El desorden de tu vecino no es asunto tuyo.
Cuando todas las voces internas son respetuosas entre sí, la verdad y tu esencia, y has resuelto las heridas que has hecho a otros, entonces la verdadera libertad se hace posible. No es fácil. Pero es posible. No importa dónde se encuentre, ya sea que viva en una mansión, en un hospital o en una prisión.