Tuve una infancia algo similar en mi pasado. Había experimentado la intimidación y la gente a menudo me decía que soy inmadura y rara.
Estaba callado, torpe, dormí en clase, obtuve notas horribles, me dijeron que soy lento en todo. Algunas personas fueron amigables conmigo, pero eran expertos en apuñalamiento a mis espaldas. Los maestros nunca se preocuparon o molestaron por mí. Mis padres me gritaron cuando la gerencia se quejó de que dormía en todas las clases y obtuve malas calificaciones. Mi problema fue que simplemente no podía entender nada de lo que se enseñaba en la clase, mi mente se quedaría en blanco.
Traté de hablar con niños geniales para que otros me aceptaran, la situación empeoró, lo que causó muchas situaciones embarazosas de las que no quiero hablar. Aunque mis padres me querían, siempre pensaban que tenía miedo de todo y que era una cobarde. Mi padre y mi hermana, aunque me querían, nunca me respetaron debido a mi extraño comportamiento.
Esto tuvo un impacto significativo en mi personalidad en general. Sufría de baja autoestima y tenía cero confianza. Ni siquiera podía caminar derecho y mi cabeza siempre estaba baja, lo que hacía que la gente asumiera que soy torpe y rara.
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Aparte de la baja autoestima y la nula confianza, dejé de confiar completamente en la gente. Nunca disfruté de mi infancia. Fue horrible como la mierda.
Me tomó mucho tiempo estar seguro y sentirse bien conmigo mismo. Me gané el respeto de mi padre y mi hermana recientemente. Mi hermana me pide consejo todo el tiempo, lo que inicialmente me pareció divertido.
Si bien ahora soy una persona completamente diferente,
- Todavía no confío en la gente.
- La gente siempre dice que tengo una cara amistosa, pero lo considero como una charla hipócrita inútil.
- Nunca me enojo ni me agito.
- Puedo asumir cualquier falla, no me deprimiré ni me pondré nervioso.
- Soy ambicioso y no me importa lo que la gente piense de mí.
- No me gusta que la gente me elogie. Considero esa hipocresía.
- Puedo hacer amigos o comenzar una relación, pero no sé cómo mantenerla.
- Tengo una debilidad por las personas descuidadas, excluidas y otras vulnerables.
- Soy muy exigente cuando se trata de las personas con las que interactúo.
No soy un gilipollas, la gente me considera un tipo agradable y relajado.
Así que ahí tienes, la confesión de un chico raro 🙂